El instructor no sólo es importante en el plano técnico, también lo es en su vida particular, siendo un modelo a seguir por el practicante. El instructor introducir a su alumno en el arte y guiar su crecimiento hasta alcanzar su adultez, procurar que tenga un equilibrado sentido de justicia, en definitiva que se transforme en un elemento útil para la sociedad.
CORTESIA: Gentileza, amabilidad, tratar a los demás como te gustaría que te traten a ti. Respeto por el alumno y el profesor.
INTEGRIDAD: Decencia, honestidad, principios, sentir vergüenza y culpa cuando conscientemente hace algo malo y ser capaz de aprender de sus propios errores. El instructor y el estudiante deben estar orgullosos de sus acciones y tratar amablemente a los demás.
PERSEVERANCIA: Resistencia, tenacidad, la felicidad es de aquellos que no se rinden hasta lograr su objetivo. Los practicantes de Taekwondo aprenden a ser perseverantes a través de su lento progreso y obtención de graduaciones.
AUTOCONTROL: Autodominio, contención, control sobre uno mismo. El autocontrol es importante, dentro y fuera de la clase. Todo practicante de Taekwondo desarrolla esta capacidad, ya que en niveles muy avanzados las técnicas son muy efectivas.
ESPIRITU INDOMABLE: Invencible, inconquistable, una persona con espíritu indomable ser valiente hasta el fin. Un practicante puede desarrollar el espíritu indomable rompiendo tablas: por ejemplo existe la posibilidad de lastimarnos si la técnica utilizada no es la correcta, cuando el estudiante se sobrepone a sus temores y rompe la tabla está desarrollando su espíritu indomable.
Estos son los cinco principios que constituyen una parte integral del Taekwondo y en ellos radica la importancia de un armónico desarrollo físico y mental que llevar a niños, adolescentes y adultos a destacarse como individuos de gran valor para la sociedad.
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